Aunque el 3 de octubre pasado se cumplieron ya 27
años de su deceso, su figura es cada vez más mencionada, y por qué no decirlo,
cada vez más reverenciada.
A esto ha contribuido poderosamente la biografía en cinco tomos escrita por Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP, titulada “El don de la sabiduría en la mente, vida y obra de Plinio Corrêa de Oliveira”, editada por la Libreria Editrice Vaticana y que continúa su difusión en los más variados ambientes.
Su vida contada por quien convivió 40 años de cerca
Mons. João no escribió esta obra
como un mero estudioso admirativo que se vuelca sobre los hechos de una figura
de relieve, sino que lo hace desde la autoridad de quien convivió por cerca de
40 años con aquel que apunta como su guía, inspirador y maestro.
El 13 de diciembre de 1908 nacía
Plinio Corrêa de Oliveira, en San Pablo, Brasil, hijo de familias ilustres de
Pernambuco y San Pablo.
Comienza el recorrido de la vida
del Dr. Plinio con un primer tomo que Mons. João titula ‘Inocencia, el inicio
de la Sabiduría’, mostrando cómo el alma del Dr. Plinio mantuvo inmaculada la
candidez de los primeros años, acrecida con la fidelidad a las gracias del
bautismo, además de un fuerte surto de gracias de orden místico.
En el tomo dos Mons. João recorre
sus años de hombre joven, que lucha por acrisolar la fidelidad a la visión
primera, que se convierte con asombrosa rapidez en uno de los mayores líderes
católicos de su país, que es elegido como el diputado más joven y más votado
del Brasil en la Constituyente de 1934, y que comienza a reunir en torno de sí
a quienes constituirían el núcleo de su principal fundación, la Sociedad
Brasileña de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad.
Pero la biografía de Mons. João
Clá no es un mero recuento de las muchas realizaciones del Dr. Plinio, sino que
los acontecimientos, batallas, victorias y fracasos van dando pie a que el
autor desvende el caminar espiritual y las gigantescas riquezas de alma de
aquel que la Providencia había destinado a una grandísima misión, que el
fundador de los Heraldos del Evangelio no duda en calificar de profética.
Una vida marcada por el sacrificio
Asimismo Mons. João no duda en introducirse
con veneración, respeto y agradecimiento en los muchos sufrimientos que el Dr.
Plinio cargó sobre sus hombros, particularmente aquellos que le causaron sus
hijos más cercanos, que en un momento determinado de su vida lo movieron a
ofrecerse a la Virgen como víctima expiatoria, ofrecimiento que fue aceptado por la Providencia en terrible accidente automovilístico sufrido en el año de1975, del que tuvo secuelas hasta su muerte. Al poner de relieve estos
sacrificios y cruces, cumple Mons. João una explícita indicación dada por el
Dr. Plinio en vida, para quien quisiera abordar su biografía.
Mons. João describe el
surgimiento de diversas instituciones en el seno de la obra del Dr. Plinio como
la reunión del “MNF”, donde exponía su visión del Orden del Universo; la
“Reunión de Recortes” donde con base en el noticiario nacional e internacional
hacía un diagnóstico de la lucha entre las fuerzas de la Revolución y la
Contra-Revolución en el mundo y realizaba cumplidas previsiones; los “Santos
del Día” en los que el Dr. Plinio formaba en los más diversos campos a sus
seguidores más jóvenes y no solo; y las demás reuniones que se fueron
constituyendo al interior de su comunidad.
Mons. João narra también la
génesis, hace el resumen y cuenta las repercusiones de sus más importantes
obras escritas, desde la configuración del periódico ‘El Legionario’, que llegó
a tener la mitad del tiraje del mayor medio escrito del Brasil, pasando por “En
Defensa de la Acción Católica”, que se constituyó un tremendo golpe a la
infiltración y propagación del progresismo de ropaje católico y que le trajo
una persecución brutal; “Reforma Agraria: Cuestión de Conciencia”, que
sencillamente evitó que el comunismo se adueñara de América Latina; “Revolución
y Contra-Revolución”, verdadero manual sintético de filosofía y teología de la
Historia, que explica a quien quiera escuchar cómo se fraguó el proceso de
decadencia de la Civilización Cristiana, desde la Edad Media hasta nuestros
días, y al mismo tiempo señala los principios que servirán de base para la
restauración del Reino de Cristo en la Tierra. Y muchas más.
Narra también su vida de
educador, tanto universitario como de secundaria, principalmente de Historia, y
cómo sus aulas eran fuente de encanto y sabiduría para todos los que las
asistían, quienes conservaron su recuerdo durante toda su vida.
Un hombre sorprendentemente y ricamente original
El fundador de los Heraldos del
Evangelio pone su lupa en sus muchas doctrinas originales, como por ejemplo lo
que el Dr. Plinio llamó Revolución Tendencial, que se da a nivel de las
pasiones humanas y que prepara las revoluciones de las ideas y de hechos. Y
describe cómo se fue destilando en su espíritu una verdadera nueva escuela
espiritual, que al tiempo que ponía en la devoción eucarística y a la Virgen
los pilares que la sustentaban, se encaminaba hacia Dios en la contemplación de
la Creación, principalmente en las maravillas de este orden, donde se veía el
reflejo de Dios, verdadera escalera rumbo al cielo.
Mons. João relata la adaptación
que fue haciendo de su estilo a las nuevas generaciones que se iban sucediendo,
en las que sabiamente percibió cambios substanciales desde el punto de vista
psicológico, y muestra como la escuela espiritual fundada por el Dr. Plinio no
solo era enteramente adecuada a esas nuevas realidades, sino que aquellos que
quisieran hacer caso omiso de tales cambios, estarían muy probablemente
destinados al fracaso en el apostolado. En ese sentido formuló la muy
importante ‘teoría del flash’, que está en la base del apostolado de los
Heraldos del Evangelio. A todos los anteriores asuntos – entre varios otros
temas – se destinan los tomos tercero y cuarto de la obra de Mons. João Clá
sobre el Dr. Plinio.
En el tomo quinto, Mons. João Clá
recorre los últimos años de la vida del Dr. Plinio, sus postreras batallas y
sus últimos cálices, las plenitudes que iba alcanzando, y de cómo iba
terminando de sentar las bases de lo que fue el deseo de toda su vida, la
constitución de una orden de caballería que combatiese la revolución en lo que
esta tenía de más profundo y fuese sustento, modelo y semilla de un orden
humano regido por la doctrina de Cristo, el Reino de María.
Sorprende que a 27 años de su
fallecimiento, el interés por sus escritos, su vida, su doctrina, su espiritualidad,
no haga sino crecer. Esto también puede ser tomado como una señal de que el
cielo desea su ‘inmortalidad’, y que en la profundización en la historia de
este hombre se hallará suma fecundidad para iluminar y regar los siglos
futuros.
Fuente: Heraldos del Evangelio - Uruguay
Se autoriza su publicación citando la fuente
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