Páginas

jueves, 28 de noviembre de 2019

Los Heraldos del Evangelio afirman que las acusaciones de abusos son “un intento de estrangular la verdad”


Tras la publicación en Vida Nueva del reportaje ‘Heraldos del Evangelio: caso abierto’ y la noticia de que ‘El Vaticano retoma la intervención de los Heraldos del Evangelio’, la Asociación Privada de Fieles ha remitido un escrito a esta revista que reproducimos a continuación:

Un intento de estrangular la verdad

El periodista Menor, de Vida Nueva, aparece siempre con mayor evidencia como el asesor de prensa oficioso de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA). Sin embargo, lejos de su papel de “mediador de la verdad”, Menor procura presentar con gran ventaja los rumores del “pico de oro”, su informante privilegiado, indiscreto e impreciso quien “pontifica” con autoridad o sin ella. Los datos aportados –siempre en detrimento de los Heraldos– muestran de modo indiscutible falta de imparcialidad ya sea por parte del “informante” ya sea por parte de Darío Menor. Nuestra institución, sin embargo, le reconoce agradecida a Vida Nueva el hecho de haber publicado hasta ahora íntegramente sus respuestas.


Menor vuelve a la carga asegurando que “[La intervención a los Heraldos] estaba motivada por los supuestos delitos, pecados e irregularidades en que habrían incurrido y que habrían sido descubiertos durante la visita apostólica, iniciada en junio de 2017”.

Esta afirmación no condice con la verdad. En efecto, los visitadores en un encuentro con las autoridades de la Institución afirmaron no haber encontrado nada de grave contra ‘fides et mores’. Tal información fue ratificada por el secretario de Estado a dos representantes del presidente general, durante un encuentro personal que tuvieron con él en Roma, concluida la visita apostólica. Por otra parte, los Heraldos han pedido con insistencia a la CIVCSVA que sean concretizadas las vagas alegaciones del Decreto de Comisariado que apuntan “graves carencias” en categorías genéricas, pero aún –y eso que la Iglesia está en clave de diálogo y de misericordia– no han recibido ni señales de humo por parte de quien debía al menos dejar caer una palabra…

Sin embargo, el periodista Menor informado por su fuente “infalible” asegura que hay delitos, pecados e irregularidades. Llama la atención el contraste entre el mutismo absoluto de las autoridades competentes en relación a la Institución – que amparada en el derecho (c. 50) debía haber sido escuchada antes mismo de que se diese el decreto– y la seguridad con que su asesor oficioso ofrece   a sus lectores las supuestas causas del comisariado. Estamos, sin duda, ante un modo muy peculiar de aplicar la justicia: se niega a los interesados el diálogo y se le habría concedido a un periodista el dar a conocer al gran público aquello que los más inmediatos interesados ignoran…

Además, cabe resaltar que, durante la visita apostólica, tan solo un/una denunciante –que tengamos noticia– se presentó en dos ocasiones y con denuncias no coincidentes entre sí sobre el mismo supuesto abuso sexual. Y sus denuncias fueron por dos veces archivadas por la Congregación de la Doctrina de la Fe… El resto de las acusaciones de supuesto abuso sexual han sido presentadas en fecha posterior al término de los trabajos de los Visitadores a finales de 2018, alentadas, como todo indica, por un grupúsculo coordinado con el fin de dañar a los Heraldos, como ya se explicó en nuestra anterior respuesta. A respecto de algunas de esas denuncias la conclusión ha sido la constatación de la inexistencia de cualquier ilícito y la absoluta ausencia de indicios de materialidad. Otras han sido analizadas con seriedad y presentan serias lagunas. Los supuestos implicados colaboran con la justicia y tienen la certeza moral de que será probada en la Justicia su inocencia, por lo que, en consecuencia, serán tomadas las debidas medidas legales en relación a los acusadores.

En conclusión, sea Menor o sea “pico de oro”, o los dos, deberían presentar excusas a los lectores por haberles informado mal y a la Institución por haber querido desacreditarla.

Nuevas embestidas contra un molino de viento…

A seguir se debe razonar con serenidad sobre la nueva letanía de acusaciones contra los Heraldos… He aquí la última actualización  de Menor: “Entre ellos destacan posibles casos de abusos sexuales a menores, alienación parental, abusos de conciencia y de poder, práctica de exorcismos irregulares, culto fanático al fundador y recogida de donativos sin autorización del obispo diocesano”.

Asombra que “posibles casos de abusos a menores” sean un pretexto para intervenir a una Asociación. Hay diócesis, órdenes religiosas, y hasta cardenales acusados de supuestos abusos o culpabilizados de ellos cuyas personas, diócesis u órdenes ni se han tocado… ¿por qué se justificaría entonces sentenciar a los Heraldos antes de cualquier determinación judicial?

“Alienación parental”. Todos los jóvenes que frecuentan los Heraldos o viven en sus casas, lo hacen con el permiso y el   consentimiento escrito de sus padres. La inmensa mayoría de los padres de egresos está agradecida y se manifiesta más que satisfecha por la formación que les fue impartida a sus hijos, ¿dónde está la temible alienación parental? Curiosamente buena parte de las escasas familias que acusan hoy a los Heraldos de este supuesto “crimen” tuvieron que recibir a sus hijos de vuelta a casa por conducta no adecuada… como en uno de los casos anteriormente citado por Vida Nueva. Lanzamos, en este punto, un reto. Si Darío Menor, o su “pico de oro”, ponen sobre la mesa el número de denuncias por parte de padres que afirman que sus hijos fueron objeto de alienación parental, los Heraldos también publicarán el ingente número de familias que afirman lo contrario. Si es buen caballero, no dudamos que recogerá el guante.

“Abuso de conciencia y de poder”. Acusación tan etérea cuánto endeble… ¿En qué consistiría tal abuso de conciencia o de poder? Que existan algunas quejas por parte de unos pocos ex-miembros es posible, ¿han sido estudiadas en profundidad? Estas preguntas las hemos dirigido a las autoridades competentes sin éxito. Quizás por mediación de Darío Menor, a cubierto del anonimato, alguien pudiese darnos una explicación…

Sobre los supuestos “exorcismos irregulares” ya se ha respondido a saciedad: no existieron y esto fue admitido por los mismos Visitadores. Se está intentando resucitar una momia que no se tendrá de pie… Igual se diga sobre el “culto fanático” al fundador, acusación que haría temblar a un niño, no a una Institución que permanece, con la gracia de Dios, anclada a la Tradición de la Iglesia. En cuanto a las donaciones sin autorización, los Heraldos tienen el hábito de presentarse a los Ordinarios del lugar antes de visitar a sus miembros solidarios para diversas finalidades apostólicas, entre otras, para solicitar la periodización de las donaciones que muchos de ellos ya hacen esporádicamente. Nos llama la atención que otras asociaciones laicales que proceden de igual manera no hayan sido objeto de este cuestionamiento…

Vida Nueva anticipa oficiosamente el envío de una carta corrigiendo el error cometido por la CIVCSVA en el decreto y reafirmando que la intervención sigue adelante. El presidente de los Heraldos no ha recibido tal carta y aguarda pacientemente que le sea entregada, salvo que una exclusiva de Vida Nueva o de su “pico de oro” publique el facsímil…

Quien conoce a los Heraldos de cerca está con ellos

Finalmente, Darío Menor, con su parcial tendencia en la selección de fuentes, presenta un decreto emanado por Mons. Irineu Andreassa a respecto de los Heraldos. Dígase de paso que el mismo obispo ha manifestado de forma pública y por escrito su disgusto por la instrumentalización por parte de algunos medios de comunicación de sus medidas administrativas en relación con la entidad, apuntando por detrás de esa actitud difamatoria una “celada del Maligno”. Este último documento, por lo visto, no es de conocimiento de Darío Menor…

En todo caso, séanos permitido citar otros dos testimonios episcopales de peso. Estos a favor.  Uno de ellos es del obispo de Bragança Paulista dónde están situadas la Curia Generalicia de la Institución y la casa de Formación Sacerdotal, Mons. Sérgio  Aparecido Colombo, cuyo testimonio filmado se puede consultar en internet. Extraemos apenas un trecho: “Mi experiencia con los Heraldos, la experiencia de la Diócesis, es muy positiva, es muy bella, incluso porque ellos son siempre solícitos, no solo con el obispo, no solo con la parroquia [a ellos confiada], sino con la misma diócesis”. El otro es de Mons. Benedito Beni dos Santos, teólogo de gran calibre y ‘Supervisor General de Formación de los Heraldos del Evangelio’, actualmente administrador apostólico de la    Diócesis de Lorena, que también quiso dejar su testimonio grabado, consultable en internet: “Mons. João es en realidad una persona completa. Vamos a decir: es un don de Dios para la Iglesia. En primer lugar, porque él enseña sobre todo a través de su testimonio de vida. De ahí el nombre Heraldos del Evangelio, fundados por él. Los Heraldos anuncian antes de todo –no con la boca– sino con el testimonio de vida”.

¡Qui potest capere, capiat!