Después de unos meses de cañoneo en los medios, casi nos
habíamos olvidado que hay un lugar en Internet donde la secta anti Heraldos del Evangelio
ocasionalmente nos brinda algún texto.
Ahora pareciera que están volviendo a activar su muro de
lamentaciones.
Esta semana hemos visto un texto publicado por ellos, que
presenta una lista de temas mediáticos contra los Heraldos del Evangelio. Ellos
relatan como si todo hubiese surgido espontáneamente, fruto de deseos
investigativos espontáneos: “Hasta los
medios constataron lo que estamos diciendo”.
Sólo que, en realidad, todo el estruendo mediático ha sido el
resultado de una acción orquestada de ese grupo, que procuró a cada periodista
y les entregó un relato ya pronto. Los medios periodísticos, tal vez con el
patrocinio de instancias ocultas, reprodujeron las novelas que les eran
entregadas.
Al final del texto, relatan que la militancia izquierdista
del CONDEPE (Consejo Estadual de Defensa de los Derechos de la Persona Humana),
fue a Brasilia para reunirse con el cardenal Raymundo Damasceno, el interventor
de los Heraldos del Evangelio (es de destacar como el espíritu revolucionario
se atrae mutuamente –anti heraldos & izquierdistas). A pesar de la impertinencia
total de la conducta, el cardenal estaba dispuesto a recibir al CONDEPE.
En el mismo sentido, la militancia anti Heraldos también
intentó tener una audiencia con el cardenal Raymundo Damasceno, pero fue en
vano. En resumen, recibieron un portazo en las narices.
Ahora, el grupo anti Heraldos está rabioso, exigiendo que el
cardenal los reciba. Quieren saber qué dice Mons. Raymundo, lo que va a hacer, quieren
tener una “reunión” con él.
Sabemos que, en el fondo, quieren mandonear al cardenal, engatusarlo y manipularlo como hicieron con
los visitadores y con los periodistas.
En cambio, dicen que "al
no escuchar a las víctimas, Mons. Raymundo demuestra no estar preocupado por ellos",
y que, al cerrarle las puertas, sólo se
verán obligados a tratar el asunto a través de los medios (¿Será un
chantaje? ¿Una amenaza?)
Señalan también que “la
Iglesia no quiere oír a las víctimas”, y terminan el texto con una frase muy
extraña: “nosotros somos una institución,
nosotros somos la Iglesia”.
“Si muchas de sus historias no hubiesen sido escritas
en los diarios, ningún cardenal la habría oído porque en el momento en que el
papa envió auditores, la Iglesia también no quiso oírlas. Queda la pregunta:
¿Cuándo será el momento de oírlas?
¡NOSOTROS SOMOS UNA INSTITUCIÓN, SOMOS LA IGLESIA!”
Vean el contrasentido: estas personas vociferan que los
Heraldos (una Asociación reconocida por dos papas) “no son Iglesia”, pero, en
contrapartida, afirman sin tapujos: “¡nosotros
somos la Iglesia!”
Hay más: en otro pasaje del mismo texto, admiten que fue
Mons. Jaime Spengler quien les aconsejó hacer una denuncia en el Ministerio
Público, y que también conversaron con Mons. Sergio Aparecido Colombo. Todo esto último totalmente verdadero.
Sabemos también que Mons. Jaime Spengler estuvo una tarde entera con Vitor
Almeida Gama, uno de los más activos instigadores del grupo anti Heraldos, y
llegó a hacer un viaje “extra” a Chile para encontrarse con una patota anti
Heraldos en aquel país. O sea, los visitadores escucharon las supuestas
“víctimas”.
Sucede que ahora, estos dos visitadores no son considerados
“Iglesia”, mientras que la pandilla anti Heraldos se ha convertido en
“Iglesia”.
Y por la misericordia y condescendencia de las angelicales
"víctimas", las "heroínas del histerismo", así como de su
majestad el Cacareador de Texas, Monseñor
Raymundo Damasceno será considerado "Iglesia", al menos mientras les
convenga a ellos.
De hecho, todo tiene que
ser al antojo de ellos. Los medios ya están controlados, ahora quieren
manipular a los cardenales, fiscales y jueces, y ciertamente intentarán
hacerlo.
¿Cuánto tiempo falta para que todas las autoridades se den
cuenta de esta jugada? Porque algunas ya lo están percibiendo.
Hace unos días, en cierta comisaría, la sagacidad de la
autoridad pública no tardó en constatar la farsa de una grave acusación que fue
muy divulgada por los medios de prensa. El caso tuvo una contramarcha, el
hechizo se volvió contra la hechicera –y probablemente alcanzará a quien se
sirvió del hechizo (no daremos detalles por ahora, seguramente habrán radios y
televisiones que tendrán que despedir gente para pagar indemnizaciones...).
Para finalizar, querríamos ayudar a esclarecer que la misión
de escuchar a las “víctimas” es de los visitadores apostólicos, y ustedes,
benevolentes y angelicales “víctimas” SÍ fueron escuchados.
La misión de Mons. Raymundo Damasceno no es la de escuchar a
histéricas, ni dejarse llevar por presumidas mandonas, él tiene una misión
institucional definida que será reportada exclusivamente a sus superiores.
Ninguna ley, ni divina ni humana, lo obliga a hacer algo
diferente a ello.
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PS 1: La secta
anti Heraldos, en su petulancia y en su ociosidad, también
publicó un texto “criticando las Constituciones de la Sociedad Clerical Virgo
Flos Carmeli”. Critican dos pasajes del estatuto, que regulan la forma del
sustento financiero. Sólo aclaramos que los párrafos que ustedes critican
fueron directamente sugeridos y redactados por sacerdotes que nunca
pertenecieron a los Heraldos. No fueron los Heraldos quienes lo definieron sino
que los autores son clérigos de alto rango que viven en Roma, cuya ayuda fue
solicitada en la época. De modo que, nada de lo que escribieron ustedes,
involucra a los Heraldos, ¿ok? En verdad, el texto “crítico” es motivo de risa.
Para la próxima averigüen mejor antes de perder el tiempo ocupándose de aquello
que no conocen.
PS 2: Debemos mencionar que no solo los anti Heraldos hacen
y escriben tonterías, hacemos aquí también un ‘mea culpa’: el fin de semana
pasado, nosotros de Minas Gerais, nos reunimos para hacer un tercer vídeo, pero
nos excedimos con la cerveza y el asunto se salió de control. Desgraciadamente
tardará algunos días para tener un nuevo vídeo.
Texto original: Turma
anti-arautos chantageia Dom Raimundo