viernes, 17 de abril de 2020

Actualizando la desinformación – Ex Heraldos de Minas Gerais


Gustaríamos agradecer al ‘otro lado’ por la producción de un nuevo bello material para entretenernos en estos días de cuarentena. Se trata de un texto anónimo titulado una vez más ‘Quiénes son los Heraldos del Evangelio’, publicado en el ‘muro de los lamentos’ de siempre, y que trae una buena exposición de los delirios y contradicciones que atormentan la cabeza de los enemigos de los Heraldos.
Allí está escrito que los Heraldos viven “aislados” del mundo exterior –pero las personas que escriben esto son las mismas que hicieron denuncias de que “los Heraldos no estaban respetando la cuarentena”. Ahora bien, quien vive ‘aislado’ no precisaría ser vigilado para ‘seguir la cuarentena’… así es fácil de probar que, de un modo u otro, los perseguidores mienten…

También repiten, en el texto, que los Heraldos están “bajo investigación y bajo intervención del Vaticano”.
Sin embargo, la investigación del Vaticano terminó en 2018. No hay más investigación de la Iglesia. Monseñor Raymundo Damasceno no es ‘investigador’, y él insistió en que no quiere ser llamado de ‘interventor’, sino de ‘comisario’, porque la misión suya no es promover conflictos o imposiciones. Por lo tanto, el jardín de infantes necesita actualizarse antes de hablar de ‘investigación’ e ‘intervención’.
El texto se refiere, de nuevo, a “60 denuncias” que existirían en el Ministerio Público. Pero nosotros sabemos que esas 60 denuncias no son ’60 hechos’, ni ’60 víctimas’. En verdad, son un conjunto de relatos de algunos ex integrantes, que después de mucho adoctrinamiento y estímulos éticamente dudosos, decidieron narrar que la vida que tuvieron “verdaderamente” no era buena, sino terriblemente ruin. Además de esto, esas ’60 denuncias’ también engloban relatos de madres que, después de haber sido arrastradas por la “pandilla del barullo”, entraron en desavenencias personales con sus hijas integrantes de los Heraldos.
Lo interesante es que, en contrapartida con esas 60 cartitas sentimentales (llamadas de ’60 denuncias’), hay centenares de relatos favorables de ex integrantes –escritos sin anonimato, sin presión, chantaje o promesas de beneficios. Estos otros relatos también están en el Ministerio Público pero, por motivos obvios, no entran en el conteo de la oposición.
Luego, en el mismo texto, se quejan de la afirmación hecha por los Heraldos de que todo esto es persecución religiosa, y dicen que, de hecho, están acusando a los Heraldos de otras cosas.
No consiguen esconder que, en realidad, sí hacen una persecución de carácter religioso.
Vean qué escriben en el texto:
¡Los Heraldos no siguen en nada a la doctrina católica, apenas aparentan! En diversos vídeos que circulan por Internet podemos confirmar esos desvíos doctrinarios, sin contar el gran problema del relacionamiento con las familias, yendo contra cualquier principio cristiano. Lo que hay es un culto exagerado y desproporcionado a su fundador João Clá.
A menos que las palabras ya no tengan sentido, esta es una implicación de carácter religioso. Ya desde los años ’70, ese siempre fue el combustible de las persecuciones contra esta Obra.
El texto vuelve a la narrativa de los vídeos de exorcismo, en los cuales, según la pandilla, habría agresiones físicas y psicológicas. Sin embargo, omiten que esto ya fue desmentido públicamente por las propias exorcizadas Y continúan:
Las fotos y los restos mortales de Plinio y Lucilia son disputados por los jóvenes como fuente de salvación, pero esto era desconocido hasta hace poco, gracias a las fotos divulgadas y a los relatos de ex integrantes podemos tener certeza de toda esta locura interna, un verdadero universo paralelo. No hay motivo para tal veneración exagerada, Sra. Lucilia o Sr. Plinio no son reconocidos por la Iglesia Católica como santos. João Clá es considerado en una posición de salvador, un nuevo mesías.
El trecho de arriba, doctrinariamente despreciable, lo transcribimos apenas para enfatizar la persecución religiosa (para ver la respuesta a este asunto en concreto, consulte los artículos que ya escribimos al respecto).
A continuación el texto se basa en un caso reciente para ‘probar’ el desvío doctrinario:
Recientemente falleció uno de sus miembros, víctima del COVID 19
Sí, un Heraldo, que venía con problemas de salud, falleció algunas semanas atrás, con síntomas parecidos al Covid 19. Por recomendación de la Secretaría de Salud, fue tratado como un caso “sospechoso”, pero no pasó por ningún test. De modo que, la convicción sobre el diagnóstico es exclusiva de la oposición.
Continúan:
y durante su entierro el sacerdote de los Heraldos pide “Por intercesión del Dr. Plinio, nuestro padre y señor. Doña Lucilia, nuestra madre y señora y por Monseñor João…
Aquí, ellos cortan la oración, y no muestran el resto; presentan sólo lo que les interesa.
Omiten a propósito que, antes de esta parte fueron realizados todos los rituales de exequias oficiales con los libros litúrgicos –y ellos tenían el vídeo- y que la oración en cuestión consistía en: Por intercesión del Dr. Plinio, nuestro padre y señor, Doña Lucilia, nuestra madre y señora y por Monseñor João, la bendición de Dios todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
O sea, nada de doctrinariamente incorrecto. Pero eso fue suficiente para la burda conclusión que hacen a continuación, dando el nombre de “ENTIERRO EN NOMBRE DE PLINIO, LUCILIA Y JOÃO”.
Vean, a pesar de que el sacerdote pidió la bendición de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, la pandilla ciertamente mantuvo sólo la parte que pide la intercesión de los fundadores, y ahora sale alegre por haber encontrado una prueba del 'culto a la trinidad heráldica' - postura digna de verdaderos discípulos espirituales del perturbado y felizmente fallecido, Profesor de Cambuci.
El texto termina diciendo que “las últimas homilías hablan de un “nuevo Noé”. A este respecto, creemos que ellos son más asiduos que nosotros, pues deben haber asistido a muchas misas para haber escuchado ese detalle… una pena que esa audiencia de nada servirá para el bien de sus almas, pues asisten con el fin de encontrar alguna cosa que puedan incriminar –exactamente como los fariseos asistían a los sermones de Jesús. Son gente con tiempo de sobra, porque no les falta disposición para asistir a las arengas de su gurú fugitivo en Texas, ni para acompañar con lupa cualquier publicación de los Heraldos… la cuarentena debe haber empeorado aún más esta situación.
Además de esto, en sus posteos, los comentaristas pueden ser contados con los dedos de la mano, y son incapaces de ir más allá de su discurso repetitivo y recalentado que no convence a nadie… juzgue el lector…
17/04/2020.