jueves, 30 de septiembre de 2021

Cuando la oveja huele a lobo - Respuesta a Fray Juan Berdonces OCD

[Algunas consideraciones que interesan sobre la situación pasada y presente en el Vicariato Apostólico de Sucumbíos, Ecuador.]

Respuesta a Fray Juan Berdonces OCD:
Cuando la oveja huele a lobo

Hay que reconocerlo, Fray Juan Berdonces no tiene una pluma feliz, es tartamuda: repite lo que siempre ha escrito (Ver: “Sucumbíos: la Iglesia ‘con olor a oveja’ que el poder quiso destruir”) y publicado profusamente en aquel blog de Isamis, ese engendro “desinformático” que fue montado en 2010 para cantar loas a Monseñor Gonzalo López Marañón y criticar al Vaticano y a los Heraldos. La única novedad es que ahora escribe con el agravante de la edad avanzada, la cual, en vez haberle hecho recapacitar y sentar cabeza, le ha dado aires melancólicos y pretendidamente proféticos.

Por las invectivas y falsedades que el escrito contiene, no echa ninguna nueva luz en lo que viene sucediendo en el Vicariato desde hace cinco décadas: un impresionante enfriamiento espiritual, mucho peor que el sonado calentamiento global.

Es particularmente chocante la pretenciosa comparación de la “Gran empresa de reforma de la Iglesia” a que se abocó Santa Teresa de Ávila, con la labor socio-política emprendida por los isamitas. También, eso de asemejar el Imperio Romano y el Sanedrín a la Iglesia Jerárquica que desalojó oportunamente a Isamis que es equiparado, ni más ni menos que a Jesús, es algo demasiado fuerte.

Igualmente, contraponer un supuesto ideal teresiano “de una vida religiosa de seguimiento a Jesús desde la amistad, desde el humanismo” – esto parece una declaración de principios rotaria - con el ideal religioso, este sí, bien teresiano, “basado en la observancia y en la penitencia” es bochornoso. Este ideal religioso de todos los tiempos, al que renunciaron los carmelitas de Sucumbíos, lo llama con desprecio de “otra propuesta de vida religiosa”.

A Monseñor Gonzalo lo pinta como un hombre lleno de ilusión e idealismo, llegando al oriente ecuatoriano al soplo “del espíritu de renovación y creatividad del Vaticano II” (es curioso que dice al soplo “del espíritu” y no “de los documentos” del Concilio), pero omite decir otra cosa que el propio ex obispo declaró en su momento: “Aquellos tiempos eran muy lindos en América Latina, tenían una cantidad de desafíos, se soñaba tanto, había movimientos revolucionarios... – léase Fidel Castro, guerrillas, terrorismo -  Esto era el eco de lo que pasaba en Europa: París del 68, la Revolución de los Claveles en Portugal, la Primavera de Praga…” (Spondylius, Boletín de la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito, 1/3/11). Menudas referencias…

Multitudinarias manifestaciones de apoyo a la permanencia de los Heraldos en Sucumbíos, Ecuador

Fray Berdonces diaboliza al Cardenal Iván Dias que con delicado cuidado escribió “que la visión pastoral de Mons. Gonzalo no siempre era conforme con la exigencia pastoral de la Iglesia como tal” ¡La verdad es que el Cardenal podría haber sido más contundente! Pero al ex presidente Rafael Correa lo cita embelesado: “Si se insiste en estos fundamentalismos absurdos de llevar a nuestra Amazonia órdenes que ponen el énfasis en el rito, en los fundamentalismos morales, con trajes medievales en plena selva, tendremos que utilizar esta potestad que nos da el tratado del Modus Vivendi", declaración tan ridícula como falsaria, ya que el Modus Vivendi no daba pie a una tal intervención como fue dicho en prosa y verso a través de los medios de comunicación por serios conocedores de la materia, no por charlatanes.

Es sintomático que cuando Fray Berdonces cita a los carmelitas que le acompañaron en su permanencia en Sucumbíos, omite a un tal Vinicio Pastor… ¿por qué será?

Sobre el caso de la Radio Sucumbíos, Fray Berdonces no puede ignorar que la radio era entonces del Vicariato y su patrón era el administrador apostólico y no los carmelitas; que el despido de los empleados de la radio – el fraile habla de “toma” - fue decretado por el delegado Pontificio Monseñor Ángel Polibio Sánchez, y que a esa medida no se opuso “la población de Sucumbíos” sino las mentadas y fantasmagóricas organizaciones populares de Isamis, es decir, algunas pocas decenas de activistas bien conocidos.

Ironía de la vida, la gestión del delegado nombrado por el poder romano, Mons. Polibio Sánchez, fue más bien hostil a la administración de los padrecitos Heraldos, tan romanos, y favorecedora de la causa de Isamis que iba naufragando, herido por la impopularidad entre nativos y colonos sucumbienses.

Prestigiando a Rafael Correa como si fuera un estadista genial, Fray Berdonces escribe: “Ante los acontecimientos, dialogó con los Obispos ecuatorianos y se llegó al acuerdo de retirar a los Heraldos de Sucumbíos (mayo de 2011)”. El carmelita se olvidó también de referir que el tal “acuerdo” incluía la retirada de los carmelitas que, a pesar de la orden dada anteriormente por su Superior General de Roma, aún permanecían recalcitrantes en el Vicariato.

Por fin, dos remarcas:

1.- El trompeteado “ayuno y oración” de Mons. Gonzalo en plaza pública con un equipo de coordinación de entrevistas y prensa, no estuvo inspirado en el Evangelio que recomienda hacer ese tipo prácticas a puertas cerradas y sin protagonismos. Mons. Gonzalo declaró que hacía ese gesto inspirado en Mahatma Gandhi, y lo hacía para reconciliar a la gente en Sucumbíos, objetivo que no alcanzó, pues la tensión aumentó… En suma, un verdadero “lío” al gusto de Francisco, con Pachamama y todo, totalmente inútil.

Dice Juan Berdonces que en su ayuno “acompañaron” a Mons. Gonzalo “obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas” (como buen isamita, probablemente hubiera querido escribir “obispas” y “sacerdotisas”…). Fueron en realidad algunas pocas visitas esporádicas. Acudieron también el presidente Correa y varios políticos de Alianza País ¿por qué no lo dice? Y entre los Obispos que se hicieron presentes estaban el presidente de la Conferencia Episcopal Arregui y el arzobispo de Quito Fausto Trávez que no fueron precisamente a hipotecar solidaridad sino a decirle que termine de una vez con ese triste espectáculo. Hasta el insospechado Mons. Ruiz Navas declaró: “No logro ver en el ayuno y oración, gesto fuerte de Gonzalo, mi amigo de siempre, un aporte efectivo a la unidad y un ejemplo” (El Universo, 13/6/11).

2.- “El Proyecto del Reino sigue siempre adelante”, con esa proclamación triunfalista concluye el fraile su perorata. Pero ¿Qué es ese “Proyecto del Reino” que estaría siguiendo adelante? “El Reino” es un amuleto cabalístico isamita que nunca fue debidamente explicado al pueblo de Sucumbíos ni comprendido por él. En todo caso, quedó claro que “el Reino” que se pretendía establecer no se relacionaba con los sacramentos, ni con la catequesis, ni con la oración, ni con el cielo… ni con Dios.

“La Iglesia ‘con olor a oveja’ que el poder quiso destruir” es el título del artículo en cuestión. Es indudable que el genuino olor a oveja es algo noble, evoca una excelencia de la naturaleza que llega a sugerir un mundo sobrenatural. Pero las ovejas malolientes ya son desagradables y constituyen una aberración de la naturaleza. Los lobos con piel de oveja son algo odioso, totalmente antinatural, imagen del diablo.

¡Viva Sucumbíos!

Juan del Oriente

28 de septiembre de 2021.

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