lunes, 18 de octubre de 2021

La devoción del Santo Rosario - Obra maestra de la espiritualidad católica

 por Plinio Corrêa de Oliveira


No está hecha sólo de emociones, sino que es seria y llena de pensamiento. A través de ella, la vida espiritual del católico se constituye como un sólido y esplendoroso edificio de certezas.

Para que se entienda mejor el valor de la devoción al Santo Rosario, analicémoslo con mayor profundidad.

Oración que nos une íntimamente a Dios

¿Qué viene a ser el Rosario? En síntesis, se trata de una composición de meditaciones sobre la vida de Nuestro Señor Jesucristo y de su Madre Santísima, sumada a oraciones vocales. Tal conjunción —de la oración vocal con la mental— es verdaderamente espléndida, pues mientras se pronuncia con los labios una súplica, el espíritu se concentra en un punto.

Alguien podría preguntar:«¿Qué sentido tiene rezarle vocalmente a la Virgen mientras se medita otra cosa? ¿No podría ser algo más sencillo? ¿No sería más fácil meditar antes y luego rezar diez avemarías?»

La respuesta es muy simple. Cada misterio contiene, en sus pormenores, elevaciones sin fin, las cuales nuestro pobre espíritu procura sondear… Ahora bien, para hacerlo con toda perfección, necesitamos ser auxiliados por la gracia de Dios y tal gracia nos es dada por el auxilio de Nuestra Señora. Es decir, se pronuncia el avemaría para pedir que la Virgen Santísima nos obtenga las gracias para meditar bien.

Devoción fuerte, seria, llena de pensamiento

En el Rosario encontramos pequeños, pero preciosos tesoros teológicos que lo convierten en una obra maestra de la espiritualidad y de la doctrina católica.

Esta devoción tiene enorme fuerza y sustancia. No está hecha únicamente de emociones; al contrario, es seria, llena de pensamiento, con razones firmes. A través de ella la vida espiritual del varón católico se constituye un sólido y esplendoroso edificio de conclusiones y certezas.

Además de eso, la meditación de los misterios de la vida de Nuestro Señor y de su Madre le proporciona al fiel la oportunidad de recibir gracias propias a aquel hecho que está contemplando.

Al analizar las innumerables gracias que María Santísima viene distribuyendo por medio del rezo del Santo Rosario, vemos en él algo que lo hace superior a los demás actos de piedad mariana. Ahora bien, ¿cuál es la razón de esto?

Antes que nada, merece la pena señalar que Nuestra Señora, al ser excelsa Reina, tiene el derecho de establecer sus preferencias. Y quiso elevar esa devoción por encima de las demás, distribuyendo gracias especialísimas a través del rezo del Santo Rosario.

Resolución de rezar siempre el Rosario

Un episodio ocurrido en la vida de San Alfonso María de Ligorio nos muestra que, sobre todo, en una gran lucha el Rosario es garantía de victoria.

El santo era llevado en silla de ruedas, por un hermano de hábito, a través de los pasillos del convento, cuando le preguntó si ya habían rezado todo el Rosario. Su compañero le respondió:

—No me acuerdo.

—Recémoslo entonces —le dijo San Alfonso.

—¡Pero usted está cansado! ¿Qué mal hay en dejar de rezar el Rosario solamente hoy?

—Temo por mi salvación eterna si lo dejo de rezar un solo día.

Eso es precisamente lo que debemos pensar y sentir: el Rosario es la garantía más grande de nuestra perseverancia final. Debemos pedirle a la Santísima Virgen la gracia de rezarlo todos los días de nuestra vida. ◊

Fuente: Extractos de artículo publicado en Heraldos del Evangelio - Uruguay

Nota relacionada: ¿Por qué el mes de octubre está dedicado al Santo Rosario?

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