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miércoles, 16 de octubre de 2019

Bofetadas en la cara


En las últimas semanas, el esfuerzo de la “secta anti-Heraldos" por reclutar a periodistas ha provocado una serie de reportajes –Metrópoles, IstoÉ, Carta Capital, Veja, CBN, etc. Las publicaciones prácticamente no tienen “primicias”, y apenas repiten los mismos “testimonios” de siempre, con algunas dosis más de mentira y paranoia, siendo ilustradas con fotografías cliché, como lo pide el manual para estos casos (personas en las sombras o con fisonomías de “indignación”). Todo esto muestra que las verdaderas “investigaciones periodísticas están en extinción –los reporteros se tornan meros receptores y repetidores de fake news.

Pero, todo es ya tan exagerado, que cada día que pasa más gente “cae en la cuenta” y percibe que algo en esta historia no es normal. Muchos ya están viendo que se trata de algo orquestado, armado.

Quienes conocemos a esta pandilla “del ruido" desde hace mucho tiempo, ya sabemos que su objetivo primordial es simplemente humillar y vilipendiar a sus antiguos jefes y hermanos. Pero ser vilipendiado no es una desventaja, ya que es inherente a la vida del verdadero cristiano (y no de los falsos cristianos, que son "buenos" para el mundo). Además, también pensamos que esta nueva fase 'periodística' no es 'denunciante' -es solo una represalia porque algunos miembros de esta oposición están siendo procesados ​​penalmente. Con la publicación de muchos artículos a favor de ellos(as), y con testimonios de los amiguitos(as), estas personas piensan que automáticamente todo lo que ellos apuntaron y calumniaron será considerado verdadero por los jueces, y serán absueltos… cuánta inexperiencia.

Una de las 'novedades' paranoicas que se han agregado: los periodistas dijeron haber recibido “fotos que corresponderían a una ceremonia de capítulo”, donde varios jóvenes sufrirían una grave humillación.  En todo caso, se les explicó que sería una ceremonia de capítulo. Después de publicada la historia, resultó que tales 'fotos' en realidad eran de una ceremonia de recepción de hábitos. Esto muestra que nuestros amiguitos no tienen límites en la necesidad de mentir y distorsionar. La pregunta es: ¿saben que están mintiendo o han creado una realidad paralela en la que llegaron a creer en sus mentiras? Es un caso para estudiar.


Otra pequeña novedad es la de la bofetada en la ceremonia de Confirmación. Sí, hay ex-heralditos que parecieran haber quedado profundamente “adoloridos” con la “bofetada de la Confirmación” –y misteriosamente recién ahora se han dado cuenta, muchos años después, luego de haber tenido contacto con “apóstoles(as) anti-Heraldos”…

Son las novedades de la denominada generación Nutella.

No necesitamos escribir mucho sobre esto, pues ya existe una excelente explicación, que retiramos del web site ‘O Catequista’:

Confirmación: ¡una bofetadita no duele!

En la ceremonia de Confirmación, luego de recibir la unción propia del sacramento, muchos confirmandos son sorprendidos con una bofetada en la cara, dada por el celebrante. Unos miran atónitos, como quien piensa: “¿Será que el sacerdote le contó al obispo lo que yo dije en la confesión?” No amigos. ¡La bofetada hace parte del ritual (informalmente)!

Después de confirmar al fiel con la señal de la cruz, la tradición prevé que el obispo le dé una bofetada en el rostro. El objetivo es recordarle a la persona que deberá soportar pacientemente, en nombre de Jesús, los sufrimientos e injurias. Si persiguieron al Maestro, es claro que van a perseguir también a sus siervos, que deben fortalecerse con la caridad y la doctrina.

¡Lo bueno es cuando el obispo da una bofetada, con gusto! O al menos una leve bofetada, que haga algún sonido de “pleft”.  Pero hoy, la mayoría de los obispos, en vez de dar una buena bofetada, dan una caricia en el rostro de los recién confirmados. Esto no recuerda en nada la dureza de la vida de soldado de Cristo. ¡Debemos ser preparados para el buen combate espiritual, como San Pablo!

En el mundo de hoy, que rechaza la dureza de la realidad, tal vez la bofetada del obispo ya no tenga más cabida. ¡El cristiano gelatinoso, “se muere”, “se derrite” si recibe una santa bofetada! No es indispensable en la ceremonia, se recibe el Espíritu Santo normalmente sin ella. ¡Pero no deja de hacer falta!
¿Qué es y cómo surgió el Sacramento de la Confirmación?

La Confirmación es el sacramento por medio del cual el cristiano recibe los siete dones del Espíritu Santo. Por lo tanto, de acuerdo con su libertad y su camino de santificación personal, estará más capacitado para testimoniar el Evangelio con hechos y palabras. Es el sacramento en el que el cristiano confirma su fe en Cristo y en la Iglesia.

Este Sacramento fue instaurado por Jesucristo. Y los apóstoles continuaron administrándolo, como lo indican los Hechos de los Apóstoles: “Los apóstoles que estaban en Jerusalén, habiendo oído que Samaria recibió la palabra de Dios, le enviaron a Pedro y Juan.  Éstos, no bien llegados, hicieron oración por los nuevos fieles, con el fin que reciban el Espíritu Santo, ya que no había descendido aun sobre ninguno de ellos, pero habían sido bautizados en nombre del Señor Jesús. Entonces los dos apóstoles le impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo” (Hechos 8,14-17).


Transcrito de la versión en portugués: Tapas na cara