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sábado, 5 de octubre de 2019

El Papa consagró el Sínodo para la Amazonía a San Francisco de Asís

Con una sugestiva celebración, en la Fiesta de San Francisco de Asís en los Jardines Vaticanos el Papa Francisco consagró el Sínodo sobre la Amazonía a la intercesión de San Francisco. También se llevó a cabo la plantación de un árbol como símbolo de la ecología integral.

En la fiesta de San Francisco de Asís y día en que concluye el Tiempo de la Creación, se llevó a cabo en los Jardines Vaticanos una celebración en la que se consagró el Sínodo sobre la Amazonía a la intercesión del Santo de Asís, “ejemplo por excelencia del cuidado de lo que es débil y de una ecología integral”, tal como lo definiera el Papa Francisco en su Encíclica sobre el cuidado de la Creación, Laudato Si’.






La ceremonia estuvo marcada por cantos, danzas y gestos simbólicos de representantes de los pueblos originarios de la Amazonía, y por las reflexiones del cardenal Peter Turkson, Prefecto del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, y del relator General del Sínodo, el Cardenal Claudio Hummes.

Con tierra tomada de lugares simbólicos - tierra del Tiempo de la creación del mundo, tierra de la Amazonía rica en cultura y tierra de la Amazonía bañada en la sangre de los mártires,  tierra proveniente de la India para recordar a las comunidades mundiales más vulnerables a la crisis climática y tierra que representa a los millones de refugiados y migrantes, con tierra representativa de los proyectos de desarrollo sostenible en el mundo y tierra “sedienta de justicia y paz”, con tierra proveniente de lugares donde hay tráfico de personas y de los lugares del “Fridays for Future” en representación de los jóvenes católicos de la generación de la Laudato Si’, y también con la tierra de lugares franciscanos –tras la entonación del “Cántico de las criaturas”, el Santo Padre Francisco acompañado por dos representantes de pueblos originarios, Ednamar de Oliveira Viana y José Cristo de Oliveira, y por el Card. Claudio Hummes, procedieron a plantar un árbol de Asís en el corazón de la Iglesia Universal, como símbolo de la ecología integral.





En la conclusión de la elocuente celebración, el Romano Pontífice rezó un Padrenuestro y se despidió de los señores cardenales y de todos los presentes.