domingo, 13 de octubre de 2019

Habla un Heraldo del Evangelio: hemos sido prejuzgados


El reconocido periodista y escritor italiano Marco Tosatti, experto en temas vaticanos, ha publicado en su influyente sitio web
Stilum Curiae una carta enviada por un miembro de los Heraldos del Evangelio, abogado brasileño, laico, sobre la temática del reciente nombramiento del Comisariado a la Institución por parte de la Santa Sede.
A continuación transcribimos la carta.

Estimado Dr. Tosatti:

En primer lugar, quiero agradecer su amable acogida y la reciente publicación del testimonio de mi hermano de vocación, lo que me anima a enviarle el mío. Soy abogado, brasileño, laico, soltero, de 53 años, y pertenezco a los Heraldos desde su fundación. También fui, por un período, secretario general de la Asociación.

Escribo porque, desafortunadamente, siguen apareciendo en el paredón de las calumnias, noticias fantasiosas en contra de los Heraldos del Evangelio. Por esta razón, propongo algunas reflexiones que me permito compartir con usted y, si lo desea, con sus queridos lectores.

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En beneficio de la síntesis, me enfoco apenas en una nota titulada: “Heraldos comisariados: preguntas a los críticos”, del padre Lorenzo Prezzi, SCJ publicada por el sitio web "Settimana News", conocido éste por los lectores de Stilum Curiae. El sacerdote periodista, con su estilo dulce y misericordioso, no tuvo la gentileza de escuchar a la parte acusada, como pude averiguar por mis hermanos de vocación italianos. Como es sabido, el padre Prezzi respeta religiosamente a ciertas autoridades del Vaticano pero no es muy aficionado de instituciones como los Franciscanos de la Inmaculada y otras…

1) La primera burla del sacerdote dehoniano es sobre nuestro hábito, considerado por él como "uniforme curioso". En su "imaginario", según su expresión, el hábito de los Heraldos estaría cerca de pertenecer a los "mosqueteros". De hecho, es comprensible que alguien que no le guste tanto usar ropas religiosas (CIC c. 284) haga burlas sobre un hábito reconocido por la Iglesia y por la propia ley (CIC c. 669, §1), que, curiosamente atrae a muchos jóvenes. Quizás, incluso más que las plumas amazónicas tan de moda en estos días...

En este punto surge la pregunta: si los Heraldos son la reedición de los "mosqueteros", ¿quién será hoy el maquiavélico cardenal Richelieu? ¿Y quiénes serán sus malvados guardias? Al final, intentaré dar una respuesta.

P. Lorenzo Prezzi, SCJ
2) Más tarde, el padre Prezzi revela un supuesto secreto, es decir, la institución de la Siempre Viva, que sería una especie de sociedad secreta, destinada a practicar una suerte de culto a los inspiradores de la Obra. En lo que respecta a este tema, no hay nada en contra de la doctrina de la Iglesia. Debe recordarse que esta institución fue tratada en gran parte en el pasado y, recientemente, en el libro de cinco volúmenes: “El don de la sabiduría en la mentalidad, vida y obra de Plinio Corrêa de Oliveira”, publicado sin misterios por la Librería Editrice Vaticana con más de cien mil copias impresas de cada volumen. Invito entonces al reverendo padre a informarse mejor sobre nosotros antes de apedrearnos. Por otro lado, ¿qué sentido tiene censurar el culto a las personas que han muerto en olor de santidad, cuando hoy presenciamos rituales ancestrales, no precisamente litúrgicos y católicos, dentro del propio Vaticano?

3) El artículo del padre Prezzi retoma la gastada cantilena de los mentados exorcismos. Como decía Santo Tomás, las acusaciones sirven para aclarar la verdad. Aquí está, y espero que sea definitivo. Debe recordarse que la mayoría de las frases tomadas de los videos han sido sacadas de su contexto. Ahora, en este caso se tratarían de supuestas confesiones del demonio a través de una persona posesa. Bien, en aquellas ocasiones estuvieron presentes clérigos, conscientes que el príncipe de las tinieblas es el padre de la mentira. Como sabemos, el crédito a las supuestas confesiones, debe otorgarse con extrema prudencia, porque muchas veces satanás se manifiesta como un "ángel de luz" (2Cor 11,14). Él trata de engañar incluso a los santos, intentó hacerlo con Santa Catalina de Bolonia, apareciendo ante ella bajo la apariencia de Cristo.

Para analizar esos fenómenos y otros, en aquel momento se formó una comisión de teólogos y canonistas, que siguió de cerca la cuestión; debo decir, que el vídeo se filtró ilícitamente. Las conclusiones del estudio (todo documentado y entregado a las autoridades eclesiásticas competentes) siguiendo las reglas clásicas del discernimiento de espíritus, consideraron improbables todas esas narraciones; y nunca formaron parte de nuestras convicciones. Si hubiésemos sido consultados antes de la explosión mediática, se habría evitado una confusión innecesaria en las mentes del público católico.

Sobre el milenarismo, invito al reverendo sacerdote a leer la carta anterior de mi hermano. Si Benedicto XVI afirmó que los teo-libertarios eran los milenaristas de un pasado reciente, ¿qué decir de sus sucesores, los eco-teólogos?

Facta non verba. Es evidente para el público católico que esos episodios, que hablaban entre otras cosas, de cambios climáticos y de un supuesto futuro pontífice, de ninguna manera influyeron en el comportamiento de los Heraldos, que continuó siendo el de hacer el bien con una conciencia recta y tranquila. Si hubiera sido lo contrario, los Heraldos no habrían aceptado la visita apostólica o el comisariado, ambas decisiones al menos precipitadas e inexplicables. En consecuencia, aun en circunstancias adversas, el amor por la Iglesia prevalece entre nosotros.

4) Es sorprendente que aún quieran resucitar la historia de los Heraldos en Sucumbíos, en Ecuador, vicariato apostólico del área amazónica, después de casi diez años y justo durante el Sínodo. Todo providencial. Recuerdo brevemente los hechos: el Nuncio en Ecuador pidió a Roma el reemplazo urgente de Mons. Marañón porque él y su clero estaban ubicados "más allá de la Teología de la Liberación". Desde Propaganda Fide solicitaron a los Heraldos que asumieran el vicariato. En menos de seis meses desde su instalación, hubo un retorno sustancial a la vida sacramental, luego de 40 años de abandono pastoral. El problema no era la falta de sacerdotes, sino que muchos de los que allí estaban preferían a Marx y no a Cristo.
Gran labor sacramental de los Heraldos en Sucumbíos, Ecuador


Los sectores que hoy reclaman la abolición del celibato y la ordenación de viri probati también presionaron políticamente para erradicar ese fecundo apostolado de aquella remota región tan carente y con mayoría indígena. Nuestras labores allí desarrolladas -como en todas partes, debe decirse, nunca se han centrado en asuntos políticos, sino permaneciendo en el campo pastoral- trataron de alcanzar a todos con el pan de la Palabra y el Santo Sacrificio. Los lugareños han agradecido mucho nuestro trabajo, que todavía perdura en esa área de la Amazonia ecuatoriana.

En consecuencia, los Heraldos se pusieron a disposición de la Santa Sede, y cuando se les solicitó que se retiraran, lo hicieron rápidamente y en santa obediencia. Es testimonio de esto la carta enviada por el Prefecto de Propaganda Fide al Superior General de la época, que fue comunicada a nuestro plenario.

Disculpe un desahogo: Brasil, tan famoso hoy gracias al Sínodo y a ciertos comisariados, es la nación con más católicos del mundo, aunque en los últimos cincuenta años éstos han disminuido del 95 al 50 por ciento… Estamos esperando soluciones para detener tamaña hemorragia. Benedicto XVI ponía su confianza en movimientos misioneros, como los Heraldos, ayudados por la gracia de Dios: “omnia possum in Eo qui me confortat” (Fil. 4, 13). Sin embargo otros confían en chamanes y en la “madre tierra”. Aquí me viene a la mente la pregunta profética de Elías al pueblo de Israel: "¿Cuánto tiempo cojearás con dos pies? Si el Señor es Dios, ¡síguelo! Si es Baal, síguelo”. (1Re 18, 21)
Los Heraldos en una procesión, Sucumbíos


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Aprovecho esta oportunidad para comentar que circulan entre nuestros amigos interrogantes sobre las medidas extraordinarias que la Santa Sede ha tomado con respecto a nosotros. La principal de ellas gira en torno al real motivo del comisariado. Algunos dirán que en el fondo es la cuestión de los exorcismos, como los medios de prensa afirmaron precipitadamente. Si así fuese, ¿por qué las hermanas han sido comisariadas? ¿Y los laicos también?

Por mi parte, con respecto a la interrogante planteada, confieso que no entiendo el motivo del comisariado.

Además, con referencia a las respuestas a las ocho preguntas finales planteadas por los visitadores, que los Heraldos mencionan en el comunicado de prensa publicado con ocasión del comisariado, muchos quieren saber si los visitadores y la Congregación han hecho observaciones. La respuesta es negativa. Todo se explica exhaustivamente en 572 páginas, además de 18,000 páginas de documentos adjuntos y testimonios. Por parte de los canales oficiales, ni una palabra… ¿Por qué? ¿Y el diálogo?

En los buenos tiempos, antes de comisariar un Instituto, los superiores eran informados sobre las conclusiones de la visita. En este caso, ni siquiera eso. ¿Cuál es el motivo?

Como católico y como abogado, espero que mis hermanos no se dejen martirizar como mansos corderos... ¡ha llegado el momento de actuar como leones! Sé que muchos piensan de este modo.

Finalmente, hace unos días, un hermano asignado a nuestro archivo, me hizo una confidencia muy reveladora...  Me aseguró que había tenido varios informes confidenciales desde 2010 en adelante sobre los dichos poco prudentes, por decir lo menos, de cierta autoridad de un dicasterio -¿con déficit de continencia oral?-  que anunciaba aquí y allá, desde su llegada a Roma, el próximo "cierre" de los Heraldos; sin recibir antes una queja.

Si es así, espero que la verdad salga a la luz y se manifiesten las intenciones de los corazones. Entonces quedaría claro que fuimos juzgados previamente y que tanto los videos como las otras acusaciones difamatorias solo servirían como pretexto. El destino ya está jugado: delendi sunt…

Sea como fuere, seguiremos confiando: ¡al final, el Inmaculado Corazón de María triunfará!

Humberto Goedert


Traducido de la versión original en italiano: Parla un Araldo del Vangelo: siamo stati pre-giudicati