[Algunas consideraciones que interesan sobre la situación pasada y presente en el Vicariato Apostólico de Sucumbíos, Ecuador.]
Respuesta a Fray Juan Berdonces OCD:
Cuando la oveja
huele a lobo
Hay que reconocerlo, Fray Juan Berdonces no tiene una pluma
feliz, es tartamuda: repite lo que siempre ha escrito (Ver: “Sucumbíos:
la Iglesia ‘con olor a oveja’ que el poder quiso destruir”) y publicado
profusamente en aquel blog de Isamis, ese engendro “desinformático” que fue
montado en 2010 para cantar loas a Monseñor Gonzalo López Marañón y criticar al
Vaticano y a los Heraldos. La única novedad es que ahora escribe con el
agravante de la edad avanzada, la cual, en vez haberle hecho recapacitar y
sentar cabeza, le ha dado aires melancólicos y pretendidamente proféticos.
Por las invectivas y falsedades que el escrito contiene, no
echa ninguna nueva luz en lo que viene sucediendo en el Vicariato desde hace
cinco décadas: un impresionante enfriamiento espiritual, mucho peor que el
sonado calentamiento global.
Es particularmente chocante la pretenciosa comparación de la
“Gran empresa de reforma de la Iglesia” a que se abocó Santa Teresa de Ávila,
con la labor socio-política emprendida por los isamitas. También, eso de
asemejar el Imperio Romano y el Sanedrín a la Iglesia Jerárquica que desalojó
oportunamente a Isamis que es equiparado, ni más ni menos que a Jesús, es algo
demasiado fuerte.
Igualmente, contraponer un supuesto ideal teresiano “de una
vida religiosa de seguimiento a Jesús desde la amistad, desde el humanismo” –
esto parece una declaración de principios rotaria - con el ideal religioso,
este sí, bien teresiano, “basado en la observancia y en la penitencia” es
bochornoso. Este ideal religioso de todos los tiempos, al que renunciaron los
carmelitas de Sucumbíos, lo llama con desprecio de “otra propuesta de vida
religiosa”.
A Monseñor Gonzalo lo pinta como un hombre lleno de ilusión e idealismo, llegando al oriente ecuatoriano al soplo “del espíritu de renovación y creatividad del Vaticano II” (es curioso que dice al soplo “del espíritu” y no “de los documentos” del Concilio), pero omite decir otra cosa que el propio ex obispo declaró en su momento: “Aquellos tiempos eran muy lindos en América Latina, tenían una cantidad de desafíos, se soñaba tanto, había movimientos revolucionarios... – léase Fidel Castro, guerrillas, terrorismo - Esto era el eco de lo que pasaba en Europa: París del 68, la Revolución de los Claveles en Portugal, la Primavera de Praga…” (Spondylius, Boletín de la Universidad Andina Simón Bolívar de Quito, 1/3/11). Menudas referencias…
Multitudinarias manifestaciones de apoyo a la permanencia de los Heraldos en Sucumbíos, Ecuador |
Fray Berdonces diaboliza al Cardenal Iván Dias que con
delicado cuidado escribió “que la visión pastoral de Mons. Gonzalo no siempre
era conforme con la exigencia pastoral de la Iglesia como tal” ¡La verdad es
que el Cardenal podría haber sido más contundente! Pero al ex presidente Rafael
Correa lo cita embelesado: “Si se insiste en estos fundamentalismos absurdos de
llevar a nuestra Amazonia órdenes que ponen el énfasis en el rito, en los
fundamentalismos morales, con trajes medievales en plena selva, tendremos que
utilizar esta potestad que nos da el tratado del Modus Vivendi",
declaración tan ridícula como falsaria, ya que el Modus Vivendi no daba pie a
una tal intervención como fue dicho en prosa y verso a través de los medios de
comunicación por serios conocedores de la materia, no por charlatanes.
Es sintomático que cuando Fray Berdonces cita a los
carmelitas que le acompañaron en su permanencia en Sucumbíos, omite a un tal
Vinicio Pastor… ¿por qué será?
Sobre el caso de la Radio Sucumbíos, Fray Berdonces no puede
ignorar que la radio era entonces del Vicariato y su patrón era el
administrador apostólico y no los carmelitas; que el despido de los empleados
de la radio – el fraile habla de “toma” - fue decretado por el delegado Pontificio
Monseñor Ángel Polibio Sánchez, y que a esa medida no se opuso “la población de
Sucumbíos” sino las mentadas y fantasmagóricas organizaciones populares de Isamis, es decir, algunas pocas decenas de activistas bien conocidos.
Ironía de la vida, la gestión del delegado nombrado por el poder
romano, Mons. Polibio Sánchez, fue más bien hostil a la administración de los
padrecitos Heraldos, tan romanos, y favorecedora de la causa de Isamis que iba
naufragando, herido por la impopularidad entre nativos y colonos sucumbienses.
Prestigiando a Rafael Correa como si fuera un estadista
genial, Fray Berdonces escribe: “Ante los acontecimientos, dialogó con los
Obispos ecuatorianos y se llegó al acuerdo de retirar a los Heraldos de
Sucumbíos (mayo de 2011)”. El carmelita se olvidó también de referir que el tal
“acuerdo” incluía la retirada de los carmelitas que, a pesar de la orden dada
anteriormente por su Superior General de Roma, aún permanecían recalcitrantes
en el Vicariato.
Por fin, dos remarcas:
1.- El trompeteado “ayuno y oración” de Mons. Gonzalo en plaza pública con un equipo de coordinación de entrevistas y prensa, no estuvo inspirado en el Evangelio que recomienda hacer ese tipo prácticas a puertas cerradas y sin protagonismos. Mons. Gonzalo declaró que hacía ese gesto inspirado en Mahatma Gandhi, y lo hacía para reconciliar a la gente en Sucumbíos, objetivo que no alcanzó, pues la tensión aumentó… En suma, un verdadero “lío” al gusto de Francisco, con Pachamama y todo, totalmente inútil.
Dice Juan Berdonces que en su ayuno “acompañaron” a Mons. Gonzalo “obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas” (como buen isamita, probablemente hubiera querido escribir “obispas” y “sacerdotisas”…). Fueron en realidad algunas pocas visitas esporádicas. Acudieron también el presidente Correa y varios políticos de Alianza País ¿por qué no lo dice? Y entre los Obispos que se hicieron presentes estaban el presidente de la Conferencia Episcopal Arregui y el arzobispo de Quito Fausto Trávez que no fueron precisamente a hipotecar solidaridad sino a decirle que termine de una vez con ese triste espectáculo. Hasta el insospechado Mons. Ruiz Navas declaró: “No logro ver en el ayuno y oración, gesto fuerte de Gonzalo, mi amigo de siempre, un aporte efectivo a la unidad y un ejemplo” (El Universo, 13/6/11).
2.- “El Proyecto del Reino sigue siempre adelante”, con esa
proclamación triunfalista concluye el fraile su perorata. Pero ¿Qué es ese
“Proyecto del Reino” que estaría siguiendo adelante? “El Reino” es un amuleto cabalístico
isamita que nunca fue debidamente explicado al pueblo de Sucumbíos ni
comprendido por él. En todo caso, quedó claro que “el Reino” que se pretendía
establecer no se relacionaba con los sacramentos, ni con la catequesis, ni con
la oración, ni con el cielo… ni con Dios.
“La Iglesia ‘con olor a oveja’ que el poder quiso destruir”
es el título del artículo en cuestión. Es indudable que el genuino olor a oveja
es algo noble, evoca una excelencia de la naturaleza que llega a sugerir un
mundo sobrenatural. Pero las ovejas malolientes ya son desagradables y
constituyen una aberración de la naturaleza. Los lobos con piel de oveja son
algo odioso, totalmente antinatural, imagen del diablo.
¡Viva Sucumbíos!
Juan del Oriente
28 de septiembre de 2021.
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