Durante el sitio y la destrucción de Jerusalén, murieron un millón cien mil personas y 97 mil fueron cautivadas. La mayor parte de ellas eran israelitas de otros países que habían venido a esta ciudad para la solemnidad de la pascua judía.
Cortejo triunfal en Roma
Entre los prisioneros, los
menores de 17 años fueron vendidos como esclavos. Sobre los demás, Tito ordenó
que gran número de los hombres fuesen enviados para varias provincias para ser
utilizados en las disputas entre gladiadores y combates contra fieras. En un
espectáculo realizado en Cesarea de Filipo, 2.500 judíos fueron quemados vivos.